Recientemente Tony Gallardo anunció el lanzamiento del EP Mala Hierba, firmado bajo el seudónimo santo de María y José (ya lo estábamos extrañando), y con él, su primer sencillo, Lágrimas, que de golpe nos llevó de viaje en el tiempo, remontándonos a diez años en el pasado cuando Gallardo era aún considerado "la promesa de la música indie".
Los aires de las siempre jóvenes Mi Chulita y Ola de calor afloran en esta composición que junta los genios de Gallardo y Siete Catorce en una suerte de ruego tribal, una efervescente cadencia friky que se vale de voces distorsionadas, sampleos y de una letra muy cercana a la simplicidad y el drama de la canción folclórica latinoamericana para inducirnos al baile desprejuiciado.
Un salto en el tiempo, un genio que se mantiene intacto, lejos de la promesa de un hit rompepistas, Gallardo nos entrega una excusa más para mantenerlo en nuestro podio de referentes del indie latinoamericano, un afecto que se aviva cada que le damos play a sus irreverentes composiciones, esta es una más para la posteridad.
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