En una metáfora deportiva, la Pretemporada de Milton James parece anunciarnos que lo mejor está por venir, y que las buenas canciones que integran este "debut" son apenas competiciones amistosas.
Decimos "debut" no solo por la duda en el propio título sino también porque nuestro ex-Dënver había firmado ya un álbum que queremos mucho bajo el nombre de Nva Orleans, pero borrón y cuenta nueva: Milton James de frente mira al futuro.
En las doce canciones que integran el nuevo álbum recorremos doce caminos distintos, de la música disco al indie rock, del sintetizador a la guitarra de palo y de la profunda nostalgia a la celebración. De estos paisajes, retenemos y atesoramos los más luminosos.
XXX nos da la bienvenida cumpliendo su promesa de sensualidad entre sampleos vocales, una fina guitarra, contagiosos detalles y la participación de unos misteriosos fernandoh y Puerto Domingo.
Enseguida somos arrojados a una de las canciones que decretamos favorita: Caer contigo, una melodía dreampop ceñida a un sorpresivo esqueleto dembow nos hace bailar al instante, sin escapar a la nostalgia de su letra, "Quiero caer contigo y que a la vida que pases, tú y yo no seamos rivales", ¿declaración de amor o carta de despedida?
Meciendo y La de amigos nos ofrecen una simpleza rústica en el sonido que contrasta con la oscura complejidad de sus letras, recordándonos al Gepe más críptico del 5X5, y al recién ido Daniel Johnston.
Tras la introspección somos arrastrados a la pista de baile. Muriendo por dentro es un clásico futuro, una efectiva melodía pop y una letra afiladísima, retrato de la presión tan contemporánea de proyectar una vida feliz: "Saca la cámara y empieza a disimular", y las contundentes "Yo te he visto bailando, saltando y estando muriendo por dentro / Yo te he visto comprando, viajando y estando muriendo por dentro" Estos 3:57 minutos son mejores que tantos capítulos de Black Mirror.
Saltamos caprichosamente a otro himno, aquel 6,6 que durante casi un año nos tuvo esperando este disco, el puente perfecto entre la cada vez más lejana Revista de gimnasia y la frescura de un nuevo comienzo, confiamos en la destreza de Milton para seguir urdiendo preciosas canciones pop.
La misteriosa muerte nos sorprende con un latido andino en su centro y la repetición de una dolorosa línea, "Y a pesar de los siglos: estudiantes heridos". Por su parte, El sol se esconde explora una estructura shoegaze con un desenlace psicodélico.
Y sin embargo, el disco se desvanece ante nuestro oídos, las últimas tres canciones las vamos tachando de aburridas, Tu pelo peinar no logra alejarse del hit dënveriano que fue Lo que quieras, y ni la presencia de La Bien Querida nos convenció en Tanta devastación. Aún con el extraño sinsabor de la recta final, celebramos la inquietud de Milton James, su incesante curiosidad y la genialidad que nos hace esperar confiados y ansiosos, más y más temporadas, más y más vida en compañía de sus canciones.
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