Hace poco Milton James, recordado como la mitad de Dënver, presentó Pop Barroco, adelanto con un tercio de las canciones que conformarán Pretemporada, su futuro debut en solitario. Como se mencionó en su momento, el título de aquel EP no era mera pretenciosidad, ofreciendo melodías llenas de épica, dramatismo y minucioso decorado instrumental, con reminiscencias a lo ya vivido (Dënver) pero sin quitar la mirada al futuro (nuevos intenciones musicales). En resumen, Pop Barroco no podía contar como un nuevo inicio, fue la manifestación de un artista al que la libertad terminó atrapándolo más dentro de su estilo e influencias; por momentos una obra de emoción tortuosa pero no por ello menos apasionante.
Por estos antecedentes se podía intuir que Pop Impresionista no era un título vacío en contenido. En estas nuevas tres canciones que forman el segundo tercio de Pretemporada la carencia de sombras y gravedad le dan paso libre a canciones pop ágiles y luminosas, evocadoras de formas antes que representaciones rígidas. En otras palabras se trata de Milton dando rienda suelta a algunos de sus modismos musicales más entretenidos, previamente conocidos pero quizás nunca tan libres de forma como ahora.
Muriendo por Dentro, la primera canción, bien podría pasar como una versión menos dark de lo escuchado en Sangre Cita. La presencia de voces femeninas de acompañamiento trae reminiscencias a las épocas doradas de Dënver, sirviendo de perfecta transición entre lo que fue y lo que será. La canción nunca huye de su identidad pop y de la fragilidad de las apariencias, ofreciéndonos una melodía cercana al bubblegum pop que invita al baile pero esconde en sus versos miserias reales (“Yo te he visto bailando, saltando y estando muriendo por dentro / lentejuelas, champaña, museos y estando muriendo por dentro”). La analogía perfecta para esta canción sería el retrato impresionista de una ciudad venida a menos, cubierta por los brillos y luces de un mediodía veraniego.
Le sigue La Misteriosa Muerte, un estudio de aquellas canciones que optan por la épica como finalidad en vez de usarla como espíritu evocador, fórmula muy recurrente en el pop rock del último par de décadas. Pasado el primer verso, y a base de una creciente batería galopante en contraposición a la sutileza de los instrumentos de viento, se van creando velozmente múltiples capas de emotividad alrededor de la voz del chileno; contraste total a Tanta Devastación, canción de Pop Barroco donde la épica era usada en base al crecimiento lento y la catarsis como recompensa final.
El final con El Sol Se Esconde es un cambio de ruta gratificante. La canción brinda falso sentido de confianza gracias al pop pegajoso estilo The Archies o The Monkees para generar impacto al terminar pervirtiéndose gracias a trucos salidos del rock alternativo noventero. Si bien Milton siempre ha sido un evocador de contrastes (desde los infaltables dúos chico-chica hasta el “llorar en la pista de baile” como recurso lírico) pocas veces ha usado la contraposición violenta de géneros musicales como ahora, un truco con resultado positivo.
Pop Impresionista es una obra gratificante para aquellas personas que aman ver al pop como objeto de estudio y, en conjunto a Pop Barroco, retrata a Milton como un artista que sabe encontrar la armonía entre luz y sombra. En conjunto las tres canciones cuentan la historia de un compositor encontrando satisfacción en trabajar en solitario, comenzando por lo seguro para luego encaminarse en lo valiente y desconocido.
Faltando un último tercio para tener Pretemporada completo y conociendo la conexión que estos EPs parecen tener con la historia del arte es hora de hacer apuestas: quizás en unos meses tengamos que reseñar un EP titulado Pop Rococó, lleno de canciones de sensualidad explícita.